Petrus Paulus Rubens – Pintor flamenco
Siegen (Westfalia) 1577 – Amberes
(1640
Tras aprender el oficio en Amberes, con Tobías Verhaecht, Adam Van
Noort y Otto Vaenius, y conseguido, a los veintidós años, el nombramiento de
maestro del gremio de San Lucas, marchó a Italia, donde en Venecia recibió
influencias de Tiziano y en Mantua, al servicio del duque de Gonzaga, copió a
Mantegna. En 1603 efectuó su primer viaje a España, y en Valladolid, sede
entonces de la corte, realizó el retrato ecuestre del Duque de Lerma (Prado).
De nuevo en Italia (ahora en roma), hizo dos versiones de La
Virgen venerada por ángeles y santos, la primera de las cuales fue rechazada, y
estudió a Miguel Ángel y Caravaggio.
Al regresar a Amberes y consolidada ya su fama, fue nombrado
pintor de los archiduques, contrajo matrimonio con Isabel Brandt y realizó
varios encargos.
Situado entre el realismo flamenco y la épica de raíz grecolatina,
Rubens, cuya pintura abarca todos los temas (la Antigüedad clásica, la
mitología, la historia, el Antiguo y el Nuevo Testamento) y constituye una
exaltación de la vida y de la fuerza, expresadas a través de un frenesí de
formas y de colores, pintó entonces algunas de sus mejores obras: La adoración de los Reyes Magos, La huida a Egipto, Susana y los
viejos, y, entre 1617 y 1618, la serie de la Historia de Decius Mus.
Vienen a continuación sus cuadros contrarreformistas. Como
embajador oficioso de los archiduques, intervino en numerosas negociaciones
diplomáticas y se cubrió de honores, lo que no le impidió seguir pintando.
En agosto de 1628, Rubens fue enviado con una misión oficial a la
capital de España donde trabó amistad con Velázquez. Al año siguiente se trasladó
a Londres, ciudad en la que cumplió con los numerosos encargos que le hizo
Carlos I de Inglaterra.
En 1630, habiendo quedado viudo en 1626, contrajo enlace en
segundas nupcias e interesado tanto por los temas sagrados como por los
profanos, llevó a cabo vastas páginas religiosas y composiciones mitológicas en
las que resplandecen opulentos desnudos, así como cartones para tapices.
Al mismo tiempo supo expresar su felicidad conyugal en varias
telas dedicadas a exaltar la belleza de su joven esposa, y su alegría de vivir.
De la misma época datan también sus obras más dramáticas, con las
que demostró que ni la edad ni la enfermedad, ni mucho menos las preocupaciones
diplomáticas, podían debilitar su genio.
Dueño del magnífico castillo de Steen (en Elewijt), pintó en él
muchos paisajes. Si su inspiración se despliega con entera libertad en escenas
galantes y en bacanales, no lo hace con menor soltura cuando, por ejemplo,
pinta Kermesse, 1633 –
Louvre) o una Danza de
campesinos(1636 – 1640, Prado, que no sólo constituyen un himno a Flandes,
sino también la cumbre de su obra.
Entre 1637 y 1638 trazó los bocetos (inspirados en Las metamorfosis, de Ovidio) para las pinturas
luego realizadas por sus discípulos
El 30 de mayo de 1640 murió en su casa de Amberes. Está enterrado
en la Iglesia de San Jacopo
Rubens, que estuvo vinculadísimo a la corte española, influyó
mucho y con fuerza en las escuelas sevillana y madrileña a partir de la segunda
mitad del siglo XVII. El Museo del Prado guarda casi un centenar de obras
suyas.
Diccionario Universal del
Arte – Argos -
Vergara
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