jueves, 24 de mayo de 2012

El surrealismo



El surrealismo es un movimiento de vanguardia de origen francés, en principio sólo literario, que surge alrededor de 1920 entre los colaboradores de la revista Litterature como el poeta Paul Eluard y Breton, ensayista, poeta y psiquiatra. Este último, junto con Soupault, publica en 1922 Los Campos Magnéticos siguiendo el modo de «escritura automática», que consiste en liberar a la conciencia de las ataduras racionales y producir obras autónomas y delirantes capaces de sorprender estéticamente. El término «surrealismo» lo había empleado por primera vez el escritor Apollinaire en 1917, quien ya había defendido la escritura no dictada por la razón: “Cuando os sintáis secos, escribid cualquier frase y seguid adelante”.
Pablo Picasso
En 1922 se unen al grupo Picabia, Man Ray y Max Ernst, interesados también por lo inconsciente, lo absurdo y los sueños. El grupo deja de ser exclusivamente literario para extenderse hacia las artes plásticas y el cine. En 1924 André Breton, líder del grupo, publica  El Manifiesto surrealista, en el que se proclama el «puro automatismo» basado en la «creencia de una superior realidad de ciertas formas de asociaciones (...), en la omnipotencia del sueño».
El surrealismo adopta como propias las formulaciones de Freud sobre el sueño y el mundo de la racionalidad del hombre en donde el inconsciente actúa como de desván oculto en el que quedan atrapados los instintos sexuales y agresivos reprimidos por las imposiciones morales que impiden la libertad humana.
Los surrealistas, que pertenecen a la generación de entreguerras y que viven la profunda crisis de la civilización occidental –fascismo italiano, régimen nazi en Alemania, opresión de la clase obrera–, se rebelan contra la corrupción de la sociedad burguesa y apuestan con firmeza por la revolución en su deseo de transformar el mundo. Por esto se afilian a los partidos marxistas, que pretenden crear las condiciones para lograr la liberación material del hombre. Los surrealistas pretenden cambiar no sólo la vida personal sino la estructura social del mundo en el que viven. Avanzado un tiempo la militancia en los partidos comunistas se torna polémica y es origen de disensiones y de expulsiones del movimiento.
Anticipábamos en el epígrafe anterior que, según teorías recientes, los surrealistas se diferencian de otros movimientos contemporáneos, como el futurismo o el cubismo, en que perteneciendo a una corriente de arte moderno son anti vanguardistas, al igual que los dadaístas –a los que, incluso, se niega el carácter de modernos–, debido a su especial y paradójico concepto del tiempo en el que se mezclan ideas contradictorias e ilógicas como recuerdo, anticipación y experimentación del futuro como pasado. No son vanguardistas, afirman algunos estudiosos, por su subjetividad y porque se conducen por el azar y el humor.
Después de la Segunda Guerra Mundial se fracturó la unidad ideológica y abundaron los enfrentamientos entre los miembros del grupo, terminando algunos por abandonar el movimiento.

Francis Picabia



Man Ray

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