martes, 8 de mayo de 2012

Picasso - El surrealismo 1925/1935


El surrealismo dentro del cubismo (1925-35)

La complacencia conservadora de Picasso fue un episodio pasajero. Duró tanto como la felicidad de su matrimonio. Las desavenencias en la pareja comienzan a ser evidentes a partir de 1925. Su pintura se vuelve intranquila y la violencia, que no había aparecido hasta ahora en su obra, se manifiesta en figuras humanas deformadas e inquietantes. Los símbolos y el lenguaje surrealista será su nuevo canal expresivo.
El beso, 1925.

Picasso había estado atento al movimiento Dada y a sus epígonos los Surrealistas, surgidos en 1924. Su espíritu era tan libre que podía expresarse en un mismo día mediante tantos estilos diferentes como creyese necesario, por ello, nunca consideró el adscribirse a un solo estilo o a un determinado grupo de artistas que le pusiese ataduras. André Breton, líder del grupo, admiraba esta cualidad de Picasso y en su libro El surrealismo y la pintura de 1925 le dedicó una serie de reflexiones en las que justificaba la ambivalencia del pintor como un rasgo propio del surrealismo. Con ello contribuyó a que en el movimiento se fomentara la práctica de diversos lenguajes (desde la abstracción al realismo) y que se considerara al pintor como surrealista. Sin embargo, como ya hemos dicho Picasso sólo utilizará los recursos de este movimiento cuando lo crea necesario.
Tampoco podemos hablar desde 1925 de un Picasso único, ya que aunque abandona el clasicismo al acabar el amor por Olga, incorpora el surrealismo y el expresionismo como nuevos elementos a superponer sobre el cubismo sintético, decorativo o curvilíneo (como queramos llamarlo).
La danza, 1925.

·                     La primera obra de gran formato en la que podemos apreciar este cambio es La danza (1925). Tres mujeres bailan en frenesí dionisiaco en absoluta distorsión de sus cuerpos y de sus rostros. Fijémonos en la de la izquierda, con su pequeña cabeza y una boca agresiva, que asemeja una vagina dentada. Para los surrealistas estas figuras esconden múltiples explicaciones psicoanalíticas. El inconsciente aflora en la pintura de Picasso, la mujer se convierte en un ser "ente tenebroso y luminoso a la vez, fuente de éxtasis y de tragedia, mantis religiosa, amante insaciable y devoradora del objeto de su amor."¿Está detrás de esta representación las tormentosas relaciones conyugales con Olga? Olga Koklova ya no volverá a ser retratada a su gusto en los años siguientes y en 1927 el pintor iniciará relaciones extramaritales con la joven Maria Therese Walter. Aún así la obra encaja estilísticamente en el cubismo picassiano o en el cubismo surrealista.  En este mismo estilo y dramatismo podríamos incluir obras como El beso, vista más arriba, o La crucifixión de 1930.
La crucifixión, 1930.

·                     De 1928 a 1931 podemos ver un nuevo estilo de expresión del pintor. Las obras son en tonos marrones o anaranjados y representan a figuras femeninas como Mujer sentada al borde del mar que se han convertido en formas orgánico-geométricas casi abstractas. Realmente son cuadros en los que pinta obras escultóricas de hierro a lo Julio González, escultor con el que colabora en estos años y que le enseña a trabajar en este material.
Bañista, 1928.

·                     Junto a este estilo de obras continua con el cubismo colorista y curvilíneo, que tanto éxito le había proporcionado hasta ahora. Famosos son los retratos de Maria Therese de 1932 porque a través de su sensualidad y de su dulzura se intuye de nuevo en Picasso la alegría de vivir. El estilo está cercano al fauvismo de Matisse.
El sueño. Retrato de Maria Teresa Walter. 1932

·                     Un nuevo estilo más cercano al surrealismo simbólico y violento de la segunda década de los veinte   aparece entre 1933 y 1936, coincidiendo con la definitiva ruptura con su esposa Olga (1935). Lo que tienen en común estas obras es el tema taurino y la presencia del minotauro, que como ocurriera con el arlequín se convierte en el "alter ego" del pintor. El artista se identifica con su impulso animal y sexual, pero también con su ternura y sufrimiento. El minotauro es humano y animal a la vez y como en el toro en las corridas puede ser actor de una drama inexorable o bestia sanguinaria. Su obra está cargada de erotismo y alusiones sexuales bastante explícitas, junto con otros universos oníricos más difíciles de interpretar.
Desde el punto de vista estilístico, no se parece a la obra de los años 20, el dibujo clasicista toma protagonismo frente al color, de hecho a menudo son aguafuertes coloreados. Veamos algunas de las obras de la conocida como Minotauromaquia. En estas obras se muestran algunas de las claves que formarán parte del Guernika, pero esa es una historia que contaremos en otro capítulo.
Minotauro y caballo, 1934.

Minotaruo y Dionisos. 1933.

Minotauro y yegua muerta delante de una gruta y niña, 1936.

Contexto artístico, histórico y personal de Picasso en los años 30.
·                     - Contexto artístico. Picasso viene de experimentar en el surrealismo, aunque de una forma tan personal que me atrevería a clasificar las obras de la etapa anterior como surrealismo expresionista. En esos años había tratado el dolor y la tragedia a través de los mitos en  Crucifixión (1930), Minotauromaquia (1935) y en los cuadros de toros (1934).... Bien es verdad que lo que reflejan esos cuadros no es una angustia existencial universal, sino sus contradicciones y sufrimientos por sus problemas familiares y deseos. El toro se convierte en el símbolo plástico de una furia negativa, que él mismo encarna.

El beso

La danza

La crucifixión


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