·
- El contexto histórico. Sólo a modo de apunte recordemos que en los
años 30:
1.
Se vive
la mayor crisis económica hasta entonces conocida. Se inicia en Estados Unidos,
pero pronto alcanza a Europa de forma muy dura.
2.
En
Alemania asciende al poder el nazismo y en otros países se consolidan los
estados totalitarios surgidos en los años 20 (Italia y la URSS ). El mundo vive una
escala de tensión internacional y de violencia, que va anticipando la II Guerra Mundial.
3.
En España
se vive con esperanza la llegada de la II República en abril
de 1931, que pone en marcha las reformas que necesita el país para su
modernización. Pronto, la crisis económica, los sectores más conservadores de
la sociedad y la impaciencia revolucionaria del obrerismo se encargarán de
frenar y destruir estos progresos. Picasso simpatiza
inmediatamente con la
República , pese a que hasta ese momento no se le había
conocido interés por la política, incluso en 1934 pasa el verano en España de
vacaciones recorriendo varias ciudades: San Sebastián, Madrid, Toledo y
Barcelona. El hijo pródigo que vuelve es premiado en plena Guerra Civil, a
finales de 1936, con el título de director honorífico del Museo del Prado.
Pablo Picasso. Corrida de toros,
1934.
·
- El contexto personal. Los años 1935 y 1936 son de gran
inestabilidad emocional para el pintor y repercuten en su obra. Desde
mediados de la década de los veinte vive un infierno personal por las
desavenencias con su mujer Olga Koklova. En 1927 conoce a la
jovencísima Maria Theresa Walters a quien convierte en su
amante. Sólo unos pocos amigos conocían su existencia y durante años mantiene
una ficción con su mujer basada en la infidelidad. Picasso se
debate entre la irrefrenable pasión sensual que vive con su amante (el
minotauro) y el remordimiento y la angustia por abandonarse a los instintos.
Esta doble vida acabará en 1935 cuando Maria Theresa quede
embarazada de la segunda hija del pintor, Maya. Olga se entera de todo y decide
separarse. La repartición de los bienes acentúa más la amargura de la ruptura,
el mismo Picasso reconoce que ese momento fue el más amargo de
su vida. Sumido en una depresión, se encierra en su casa taller de Boisgeloup y
durante unos meses no realizará ninguna obra. El nacimiento de su hija Maya (septiembre
de 1935) tampoco le traerá la felicidad y el sosiego. El pintor no estaba hecho
para la vida hogareña ni para la vida rutinaria al lado de su nueva mujer y su
hija. Necesita la vida bohemia y nuevas aventuras. En enero de 1936, un amigo
del grupo surrealista que frecuentaba le presenta a Dora Maar, una
joven fotógrafa que será su nueva compañera hasta 1946. Su relación amorosa
coincidió, por tanto, con la
Guerra Civil española y con la Segunda Guerra
Mundial.
Las mujeres de Pablo Picasso en la década entre 1935 y 1945. Distinto tipo de mujer y distinto estilo artístico
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