El cubismo analítico, 1909-1912
Después del verano de 1909 en Horta de Ebro,
Picasso viene dispuesto a un nuevo cambio en su vida personal y en su forma de
pintar.
Desde el punto de vista biográfico, deja Bateau
Lavoir, la que había sido su residencia y lugar de trabajo desde que
se instaló en París en 1904, y se traslada a un buen apartamento-estudio en
Boulevard Clichy, cerca de la plaza de Pigalle. Pese a que le vaticinaron el
desastre económico al lanzarse a su investigación cubista, no le ha ido mal. Su
fama no sólo no se resintió, sino que su cotización ha subido (su obra de las
épocas azul y rosa tiene gran éxito) y puede permitirse ciertos lujos y, sobre
todo, tener la libertad de pintar lo que quiera. Personalmente, su vida amorosa
no va tan bien. La relación entre Fernande Olivier y Picasso es
tirante y termina por romperse en 1912. Es curioso que esta etapa de
infelicidad coincida con el periodo menos emotivo del artista, el del cubismo
analítico.
Desde el punto de vista artístico es un periodo de
investigación. Durante estos años Picasso y Braque comparten
experiencias, discuten y descubren nuevas posibilidades para el arte.
Estas son las características del cubismo
analítico:
·
Las formas que se habían geometrizado en la etapa anterior empiezan
ahora a descomponerse. Las imágenes se convierten en una serie de planos de
tamaño desigual, discontinuos y cortados con complejos entramados de
líneas. El volumen y la profundidad de los objetos desparecen ante la infinidad
de fragmentos en que se descomponen, a modo de cristalinos reflejos de la
realidad. Unos planos nos acercan detalles lejanos o menores y otros nos alejan
los que en la figuración al uso debían estar en primer plano. La visión frontal
y lateral se superponen en planos contiguos, que se mezclan e invaden.
·
Las gamas de color son sobrias y tendentes a la monocromía. Son sienas,
pardos, grises y azules oscuros. Esta casi negación del color es una
reacción muy dura contra los estilos tan inmediatos como el impresionismo,
el divisionismo o el fauvismo,
que habían apostado decididamente por el color como eje de la pintura.
·
Los temas son músicos, algún retrato y numerosos bodegones. Lo que importa
de ellos es el ensayo de la nueva técnica, no lo que representan.
Evolución.
Inicialmente, en el año 1910, las
facetas son grandes o medianas y el objeto o el personaje aparece desmenuzado,
pero reconocible. Es el caso de los retratos de los tres marchantes de Picasso: Ambroise Vollard, Daniel Kahnweiler y Wilhelm Uhde.
En 1911, siguiendo el desarrollo del ensayo pictórico, los
planos van siendo más pequeños y parecen disgregarse por la forma casi puntillista
de la pincelada. El objeto o el personaje casi se hace irreconocible. La
investigación llega a un punto en el que se está a punto de sobrepasar el
límite de lo figurativo hacia la abstracción. En El hombre del
clarinete apenas podemos intuir las formas del personaje y del
instrumento musical, de hecho sólo el título nos aclara la obra.
Botella de ron |
El aficionado |
Hombre con clarinete |
Retrato de Ambroise Vollard |
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