En 1936 estalla en España la guerra civil. Las tropas antirrepublicanas lideradas por el general Franco, con el apoyo de Hitler y Mussolini, se rebelan contra el gobierno llevando al país a una sangrienta guerra que se prolonga hasta 1939, con el triunfo falangista.
En enero de 1937, el gobierno republicano le encargó a Picasso una obra para representar a España en la Exposición Internacional que ese año se realizaría en París.
El 26 de abril de 1937, una escuadrilla de bombarderos alemanes ataca la ciudad vasca de Guernica. Tres días después, Pablo Picasso comienza en París el más estremecedor manifiesto político del siglo XX: "Guernica". Realizado en poco más de un mes, Picasso decide que ésta será la obra para el pabellón español de la Exposición Internacional de París. El mural se convirtió en el símbolo de la lucha contra el fascismo, en una imagen universal del horror.
Dora Maar, la compañera de Picasso, fotografió todas las etapas de la realización de la obra.
"Guernica" no tiene color. El blanco, el negro y el gris dan dramatismo a una escena ya de por sí desgarradora y opresiva. Y su grito es estremecedor. Una vez más, Picasso nos sorprende con su incomparable manera de ver y expresar el mundo.
Durante la ocupación nazi de París, el embajador alemán visitó el atelier que Picasso tenía en la rue del Grands-Augustins, casi enfrente del río Sena. Al contemplar detenidamente una reproducción del "Guernica" el embajador le preguntó: "¿Eso lo ha hecho usted?"
"No, ustedes", le contestó parcamente Picasso.
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