El surrealismo dentro del cubismo
(1925-35)
La complacencia conservadora de
Picasso fue un episodio pasajero. Duró tanto como la felicidad de su
matrimonio. Las desavenencias en la pareja comienzan a ser evidentes a partir
de 1925. Su pintura se vuelve intranquila y la violencia, que no había
aparecido hasta ahora en su obra, se manifiesta en figuras humanas deformadas e
inquietantes. Los símbolos y el lenguaje surrealista será su nuevo canal
expresivo.
El beso, 1925.
Picasso había estado atento al
movimiento Dada y a sus epígonos los Surrealistas,
surgidos en 1924. Su espíritu era tan libre que podía expresarse en un mismo
día mediante tantos estilos diferentes como creyese necesario, por ello, nunca
consideró el adscribirse a un solo estilo o a un determinado grupo de artistas
que le pusiese ataduras. André Breton, líder del grupo, admiraba
esta cualidad de Picasso y en su libro El surrealismo y la pintura de
1925 le dedicó una serie de reflexiones en las que justificaba la ambivalencia
del pintor como un rasgo propio del surrealismo. Con ello
contribuyó a que en el movimiento se fomentara la práctica de diversos
lenguajes (desde la abstracción al realismo) y que se considerara al pintor
como surrealista. Sin embargo, como ya hemos dicho Picasso sólo utilizará los
recursos de este movimiento cuando lo crea necesario.
Tampoco podemos hablar desde 1925
de un Picasso único, ya que aunque abandona el clasicismo al
acabar el amor por Olga, incorpora el surrealismo y el expresionismo como
nuevos elementos a superponer sobre el cubismo sintético, decorativo o
curvilíneo (como queramos llamarlo).
La danza, 1925.
·
La
primera obra de gran formato en la que podemos apreciar este cambio es La
danza (1925). Tres mujeres bailan en frenesí dionisiaco en
absoluta distorsión de sus cuerpos y de sus rostros. Fijémonos en la de la
izquierda, con su pequeña cabeza y una boca agresiva, que asemeja una vagina
dentada. Para los surrealistas estas figuras esconden múltiples explicaciones
psicoanalíticas. El inconsciente aflora en la pintura de Picasso,
la mujer se convierte en un ser "ente tenebroso y luminoso a la vez,
fuente de éxtasis y de tragedia, mantis religiosa, amante insaciable y
devoradora del objeto de su amor."¿Está detrás de esta representación las
tormentosas relaciones conyugales con Olga? Olga Koklova ya no
volverá a ser retratada a su gusto en los años siguientes y en 1927 el pintor
iniciará relaciones extramaritales con la joven Maria Therese Walter.
Aún así la obra encaja estilísticamente en el cubismo picassiano o en el
cubismo surrealista. En este mismo estilo y dramatismo podríamos incluir
obras como El beso, vista más arriba, o La
crucifixión de 1930.
La crucifixión, 1930.
·
De 1928 a 1931 podemos ver un
nuevo estilo de expresión del pintor. Las obras son en tonos marrones o
anaranjados y representan a figuras femeninas como Mujer sentada al
borde del mar que se han convertido en formas orgánico-geométricas
casi abstractas. Realmente son cuadros en los que pinta obras escultóricas de
hierro a lo Julio González, escultor con el que colabora en
estos años y que le enseña a trabajar en este material.
Bañista, 1928.
·
Junto a
este estilo de obras continua con el cubismo colorista y curvilíneo, que tanto
éxito le había proporcionado hasta ahora. Famosos son los retratos de Maria
Therese de 1932 porque a través de su sensualidad y de su dulzura se
intuye de nuevo en Picasso la alegría de vivir. El estilo está cercano al
fauvismo de Matisse.
El sueño. Retrato de Maria Teresa
Walter. 1932
·
Un nuevo
estilo más cercano al surrealismo simbólico y violento de la segunda década de
los veinte aparece entre 1933 y 1936, coincidiendo con la definitiva
ruptura con su esposa Olga (1935). Lo que tienen en común estas
obras es el tema taurino y la presencia del minotauro, que como ocurriera con
el arlequín se convierte en el "alter ego" del pintor. El artista se
identifica con su impulso animal y sexual, pero también con su ternura y
sufrimiento. El minotauro es humano y animal a la vez y como en el toro en las
corridas puede ser actor de una drama inexorable o bestia sanguinaria. Su obra
está cargada de erotismo y alusiones sexuales bastante explícitas, junto con
otros universos oníricos más difíciles de interpretar.
Desde el punto de vista
estilístico, no se parece a la obra de los años 20, el dibujo clasicista toma
protagonismo frente al color, de hecho a menudo son aguafuertes coloreados.
Veamos algunas de las obras de la conocida como Minotauromaquia. En
estas obras se muestran algunas de las claves que formarán parte del Guernika,
pero esa es una historia que contaremos en otro capítulo.
Minotauro y caballo, 1934.
Minotaruo y Dionisos. 1933.
Minotauro y yegua muerta delante
de una gruta y niña, 1936.
Contexto artístico, histórico y
personal de Picasso en los años 30.
·
- Contexto
artístico. Picasso viene de experimentar en el surrealismo,
aunque de una forma tan personal que me atrevería a clasificar las obras de la
etapa anterior como surrealismo expresionista.
En esos años había tratado el dolor y la tragedia a través de los mitos
en Crucifixión (1930), Minotauromaquia (1935)
y en los cuadros de toros (1934).... Bien es verdad que
lo que reflejan esos cuadros no es una angustia existencial universal, sino sus
contradicciones y sufrimientos por sus problemas familiares y deseos. El toro
se convierte en el símbolo plástico de una furia negativa, que él mismo
encarna.
El beso |
La danza |
La crucifixión |
No hay comentarios:
Publicar un comentario