¿Cómo
habrá podido Ramón Gómez de la
Serna —"el más grande poeta de habla española de este
siglo", según dijera Pablo Neruda—, escribir este panegírico?:
"El
gran instinto de Dalí es el de no menoscabar sus impresiones de infante lleno
de clarividencias, rápido en agarrar y soltar las cosas que le atraen, más
rápido y franco que nadie al minuto, cien mil revoluciones de veces más que
nadie”.
"Dalí
fue un adolescente único que sigue siendo un adolescente."
En
el capítulo del surrealismo le hemos visto andar con los apóstoles de la
escuela, pero ahora vamos a aislar su caso.
"Tengo
que insistir al hacer la silueta de Dalí como jovencito avizorador, mojado en claras mañanas catalanas, de vuelta de una
excursión con sus padres por París”.
"Un
día, después de una exposición en que se presenta lo incomprensible, su padre
viudo le pregunta qué extraño simbolismo hay en un cuadro en que se burla de
su, familia”.
"—No
hay simbolismo… Es tal cual”.
''El padre
entonces se despide del hijo, y Dalí entra en su calvario solo y como huérfano,
como prestándose a cumplir por entero su destino de redimir de prejuicios al
ser humano que está queriendo rebelarse”.
"No
tiene miedo puesto que ya le ha sucedido lo más que le puede suceder y entonces
da escándalos en la pacífica y hermosa Barcelona y la Junta Directiva
del Ateneo Barcelonés dimite en pleno."
Y más
adelante agrega: "Dalí
está en plena inquietud
y bromea con España. Aparece en Málaga con un collar de jazmines y Gala tiene
a gala de bañarse sin traje de baño en la playa pudibunda. Unos días más, mientras
los malagueños se dan cuenta de que es verdad lo que han visto sus ojos y Dalí
ya está frente a las ventanas de sus cuadros en París, revelando las placas de
lo supervisto.
"Va más
de prisa que nadie, con más derroche de osadía, con más técnica anatómica,
pictórica y botánica. No se imagina sólo sus monstruos sino que los pinta con
buena pintura haciendo plásticos sus muñones y consiguiendo la calidad
reblandecida de su tiempo. El vizconde Noailles protege a Dalí con carta
blanca; compra sus cuadros, da dinero para un film del que después se asusta,
pues los círculos aristocráticos le amenazan, pero siempre tiene su chalet
abierto a todos ellos, pero en una forma original de dar hospedaje sin ver a: sus huéspedes si prefieren estar
independientes" en sus habitaciones y la piscina libre a todas horas.
"Esas
prebendas envalentonan al arte que se derrama en plena libertad y Dalí realiza
todas las experiencias como en un mundo fácil y, de hecho, redimido. "Son
días muy bellos de París en que todos aportan su descubrimiento, su
colonización de los espacios secretos, sus nuevas fórmulas expansivas.
"Vive
con los poetas y entre ellos con ese admirable poeta autor de la Rosa pública, que se llama Paul
Eluard. Tanto intiman que la amada de Dalí, su Gala elegante y extra-sutil, era
la que había sido el ideal de Paul Eluard."
También
recordará Ramón: "En lo inconsciente, ha dicho Freud, todo pensamiento
está unido a su contrario." Esa hermandad de lo contradictorio —cuando en
el pasado siempre., se tendía a deshermanarlo—, es la gran empresa
surrealista."
Pero Marx
había precisado: "Lo opuesto fecunda a su
contrario".
Lorenzo Varela - Centro Editor América Latina
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