Cinco pinturas abstractas que vistas se transforman en Lenin |
El Conde de Olivares |
Las floralias. Claveles con llaves |
Nacimiento de una divinidad |
Personaje sentado contemplando un Gran masturbador planario |
Retrato de la Condesa de Ghislaine |
PINTOR Y ESCULTOR ESPAÑOL
Pintor español del siglo XX, nacido el día 11 de mayo del año 1904, en
Figueras (Gerona), y muerto en su castillo-retiro de Púbol, en la región del
Ampurdán, el 23 de enero del año 1989.
Hijo de un notario de la localidad, ya durante los primeros
estudios, el joven Salvador Dalí dio muestras de una precocidad artística
increíble, destacando en especial su innata habilidad para el dibujo, pasión
ésta debidamente impulsada por sus maestros que veían en el alumno a una futura
figura de la pintura. Tras cursar los estudios básicos, con notas bastante
mediocres, Dalí se trasladó a Madrid, en el año 1921, con la intención de
inscribirse en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, en cuya prueba de
ingreso reveló ya su habilidad, además de dar muestras de un carácter
extravagante que más tarde le daría problemas con la institución. Su peculiar
forma de ser y de actuar se puso de manifiesto en el año 1923, al ser separado
del centro docente durante un curso a causa de una falta grave de disciplina y,
de nuevo en el mismo año, al ser expulsado definitivamente de la Escuela
después de haber declarado incompetente al tribunal que había de examinarlo.
Durante sus años de estancia en la capital, el artista vivió en la
Residencia de Estudiantes, donde pronto entró en contacto estrecho con jóvenes
que apuntaban lo mejor en las artes del país, como Luis Buñuel, Dámaso Alonso,
Rafael Barradas, Federico García Lorca, etc. Gracias a su amistad con este
último surgió la ejecución de varias escenografías hechas por Dalí para las
composiciones teatrales del genial poeta granadino. Dalí accedió en Madrid a un
ambiente totalmente nuevo para él, a un Madrid bohemio que le cautivó y que le
abrió a las nuevas corrientes artísticas que se estaban preparando y ensayando.
La pintura del joven artista catalán se vio influida por todas estas
heterogéneas vivencias. Si hasta el momento Dalí había enmarcado sus pinturas
dentro de la más pura tradición académica, con su estancia en Madrid evolucionó
hacia todo tipo de vanguardias, desde el cubismo hasta la pintura metafísica
de Chirico. Precisamente, a la influencia de este último se debió una
de las pinturas más conocidas del Dalí presurrealista, Muchacha de espaldas mirando por la ventana, del año 1925. En esta
obra Dalí mostró su gran maestría pintando un conjunto de exquisita sobriedad,
sin por ello restar un ápice del misterio que envuelve a la figura femenina,
oculto su rostro al espectador. Dalí mostró su personalidad en la
interpretación realista del tema y en la solidez y precisión de los contornos y
formas de la figura femenina.
Con obras como ésta, en la que da muestras de su excepcional virtuosismo
técnico, participó en este período en varias exposiciones, como las organizadas
por la prestigiosa Galería Dalmau, en Barcelona, y por el Salón de Artistas
Ibéricos, de Madrid.
En el año 1926, Dalí hizo su primer viaje a París, adonde volvió poco
después. En la capital francesa entró en contacto con los ambientes artísticos,
en los que conoció a figuras como Picasso, Paul Eluard y Tristán Tzara. Su
llegada a la ciudad del Sena coincidió con el momento de máxima plenitud del
movimiento surrealista, el cual ya conocía por medio de las obras del pintor
Tanguy, publicadas en la revista Minotaure. El término surrealismo fue
utilizado, por primera vez, por Apollinaire, en el año 1917. Posteriormente lo
usaron asiduamente escritores de la talla de André Bretón, autor del Manifiesto
del Surrealismo, publicado en el año 1924, y por Paul Eluard. Dicho movimiento
enseguida consiguió un éxito rotundo, agrupando en torno de sí a un grupo de
literatos y de artistas interesados en la superación del realismo externo
imperante para llegar a niveles más profundos de la realidad, los cuales se
buscarán y se hallarán en lo mágico, en los sueños, en el inconsciente. El
surrealismo fue la culminación de la exploración de los misterios interiores
del ser humano; como un desnudarse ante la realidad.
Los antecedentes del surrealismo eran lejanos, sobre todo en pintores de
principios del siglo XIX, que intentaron una aproximación a los poderes del
sueño, como así lo demostraron pintores como el español Francisco de Goya y
Lucientes y el francés Odilon Redon. Siglos atrás también se puede entrever un
cierto toque de surrealismo en las pinturas delirantes de El Bosco. Pero
el movimiento surrealista de principios del siglo XX se diferenció de aquellas
manifestaciones artísticas primigenias en que fue una fórmula conscientemente
buscada por los artistas, nacida y alimentada en el ambiente filosófico y
científico de autores como Bergson, Freud o Jung. En el terreno puramente
artístico, sus antecedentes inmediatos los encontramos en Rousseau, Chagall y De
Chirico, y especialmente en todos los artistas de la escuela dadaísta, surgida
en la ciudad suiza de Zurich, durante la Primera Guerra Mundial, y la cual tuvo
importantísima influencia en las posteriores manifestaciones artísticas del
siglo, ya que pretendía, no ya la crítica o negación de tal o cual
manifestación artística, sino las del arte y la cultura como tales. Lo esencial
de Dadá como precedente inmediato del surrealismo fue que propuso la total
destrucción de todo convencionalismo realista y racional en el arte, por lo que
abrió enormes expectativas y campo de acción a los jóvenes y entusiastas
artistas que venían detrás. Desde el año 1924, esa búsqueda se hizo ya
consciente y programática dentro del movimiento surrealista. El manifiesto
lanzado por André Bretón propuso, sin género de dudas o ambigüedades, el
automatismo psíquico puro, fuera de todo control ejercido por la razón. En el
año 1925 se presentó al público el grupo de pintores surrealistas: Paul
Klee, De Chirico, Arp, Ernst, Joan Miró, Man Ray... al que con posteridad se
unieron Duchamp, Picabia, Magritte, etc.
Salvador Dalí no tardó mucho en unirse al grupo de los surrealistas de
una manera entusiasta e inmediata. En el año 1929 fue rápidamente aceptado,
avalado por la película que había realizado junto con Luis Buñuel el año
anterior, Un perro andaluz, y
también por una serie de cuadros que representaban un auténtico medio liberador
de las ansiedades y traumas del artista; que eran muchos. Dalí se convirtió, de forma
rápida, en el máximo representante de una de las corrientes del surrealismo, la
figurativa, que se basaba en la representación de las apariencias normales,
utilizando las convenciones de la perspectiva renacentista, pero sometiendo los
objetos a asociaciones y relaciones del todo absurdas y delirantes, y
obteniendo como resultado obras radicalmente oníricas, dotadas de un gran poder
de emoción y de asombro.
Miguel Cabañas Bravo - Consejo Superior de Investigaciones Científicas –
Enciclonet.
Ángel surrealista |
No hay comentarios:
Publicar un comentario