La leyenda áurea,
1958
Un caso claro de metáfora visual: las barras de pan sustituyen
literalmente a las nubes del cielo.
La sonrisa del diablo |
El castillo de
los Pirineos, 1959
La tensión que resulta de la oposición del gran casco rocoso y el mar
–sólido/líquido, estático/dinámico, pesado/ligero- problematiza ambos objetos,
por utilizar la terminología propia de Magritte.
El hermoso mundo,
1960
Magritte utiliza una puesta en escena muy parecida a La Gioconda , de ese mismo
año: tres cortinas sucesivas, una de las cuales actúa como espejo paradójico
del cielo nublado, marcan los términos en profundidad de un paisaje cuyo
contenido se confunde con el que se supone debería ser el marco que lo
encuadra, es decir, las propias cortinas.
Las buenas
relaciones, 1967
Tres elementos desplazados mantiene entre sí unas irónicas buenas
relaciones para integrar un nuevo significado alegórico, de clara naturaleza
poética: algo así como el rostro del universo súbitamente aparecido en el cielo
del crepúsculo. La incongruencia aparente del globo se resuelve en otro plano
de significado –el globo ocular-, glosando el principio magrittiano de que a
veces una cosa puede ser sustituida por su nombre.
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