domingo, 12 de agosto de 2012

Punto y linea sobre el plano - 1923/1930 - Wassily Kandinsky

Composición VIII - 1923

          Kandinsky trabajó durante once años -de 1922 a 1933-en la Bauhaus, primero en Weimar y luego en Dessau y Berlín. La experiencia docente le obligó a sistematizar y dar cuerpo doc­trinal a su lenguaje pictórico, cosa que hizo, sobre todo, en el libro Punto y línea sobre el pla­no, publicado en 1926. La idea de las equivalencias musicales y emocionales del color, enuncia­da en De lo espiritual en el arte, sigue estando en la base de su pintura, pero ahora combinada con la interacción de la forma. La teoría del color de Kan­dinsky parte de la polaridad del rojo y azul, complementada por las antinomias secundarias blanco/negro y verde/rojo. Estas parejas pueden resumirse siem­pre en oposiciones claro/oscuro y frío/cálido, dando lugar a combinaciones más complejas, como la del amarillo -suma de verde y azul- y el rojo. Las for­mas geométricas agudizan o retraen el carácter de cada color y señalan direcciones y puntos de tensión en la superfi­cie del cuadro. Kandinsky supo, sin embargo, mantener la teoría en sus justos límites, aplicándola con libertad, sin caer nunca en una pintura que fuera la mecánica ejecu­ción de una fórmula.

Composición VIII, 1923.
El círculo aparece en esta época como símbolo de perfección y por sus connotaciones cósmicas. El vibrante color de los años de El Jinete Azul se vuelve ahora más plano y liso. La economía y el rigor del repertorio formal se apuran al máximo.

Sobre el blanco II, 1923.
Los dos grandes trazos negros expresan la torsión espacial que se produce al superponer la "forma distintiva" del trapecio marrón, virado respecto al plano del cuadro; la intersección con otros triángulos y trapecios activa esa tensión y da lugar a interacciones cromáticas. Pese al parecido superficial de estos cuadros con los de constructivistas y neoplásticos, Kandinsky nunca renuncia al carácter expresivo de la pintura: "el encuentro de un círculo y la punta de un triángulo -escribió- no causa menos efecto que el roce del dedo divino con el de Adán en la obra de Miguel Ángel".


Sobre el blanco II - 1923


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