El pequeño redondel rojo - 1944
Azul celeste, 1940.
Las
figuras, que parecen evocar animales, remiten al mundo de los juguetes o del
arte popular eslavo, aunque a Kandinsky le molestaban, en general, esas
asociaciones decorativas que la crítica hacía a veces respecto a estas obras.
Contraste
acompañado, 1935.
Aunque no sea una inquietud dominante,
Kandinsky tantea a veces nuevas técnicas, como imprimar la tela con arena, para
texturar y desleír las formas.
Acciones
cariadas, 1941.
La luminosa fluidez de estas pinturas
está muy elaborada. Muchos fragmentos podrían constituir cuadros autónomos, y
todas las partes de la tela tienen la misma importancia, sin los núcleos de
tensión de etapas anteriores.
Círculo y cuadrado,
1943. El pequeño redondel rojo, 1944.
Dos
de sus últimas obras, en las que reaparecen algunos temas de la etapa
analítica, como los círculos penetrados por triángulos o el contraste de rectas
y curvas generando el espacio pictórico. Lo que cambia es el contexto, fiel a
esa idea fantástica e imaginativa de un mundo exclusivo de la pintura, que tan
sólo mantiene relaciones elusivas con el universo de lo real.
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