domingo, 12 de agosto de 2012

Una abstracción liberada - Wassily Kandinsky

Curva dominante - 1936
Medio acompañado - 1937
La línea blanca - 1936
Unanimidad - 1939
Composición X - 1939



Curva dominante, 1936.
La escalera simbólica integra las formas regulares y orgánicas. Kandinsky interioriza el rigorismo compositivo de la Bauhaus e infringe sus normas con la conciencia de dominar ya el nuevo lenguaje de la abstracción.

 Medio acompañado, 1937.
El romanticismo del círculo se despliega en una miríada de formas curvilíneas, como una partitura sobre el pentagrama elegante y luminoso del fondo dorado, que recuerda los iconos rusos.

La línea blanca, 1936.
Como si pasara revista a todas las etapas de su carrera artística, Kandinsky recupera aquí la curva de látigo característica del modernismo, tan presente, por ejemplo, en la obra decorativa de August Endell que conoció en sus primeros años muniqueses. La línea blanca genera una contrafigura en plano que evoca el perfil y la textura visual de los microorganismos.



Unanimidad, 1939.
Uno de los rasgos característicos de la última etapa de Kandinsky es el aclaramiento de su paleta, que se vuelve totalmente luminosa, y el empleo de tonos mezclados, abandonando la fidelidad a los colores básicos mantenida tanto en Munich como en la Bauhaus.

Composición X, 1939.
Para Kandinsky, la abstracción suponía, ante todo, la definición de un universo artístico autónomo, independiente de la naturaleza, pero tan real y concreto como ella. Las formas coloreadas flotando sobre un fondo negro homogéneo sugieren esa idea de cosmos alternativo y visionario.


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